Muy buenas lectores. En esta entrada os vamos a presentar a Louise Moillon. Nacida en París en 1610, fue hija de un pintor que se dedicaba también al comercio de cuadros. Louise tuvo seis hermanos del mismo padre, quien murió cuando ella tenía sólo 10 años. Su madre volvió a casarse un año más tarde con un pintor de bodegones y marchante de arte, François Garnier, con quien tuvo tres hijos más.
No se conoce con certeza quién enseñó
la técnica pictórica a Louise. Teniendo en cuenta que su padre falleció cuando
ella era muy joven, es probable que su maestro fuese su padrastro, de quien se
conocen solamente dos obras firmadas. Al parecer, fue superado ampliamente por
su alumna, cuyas obras presentan gran influencia de Jacques
Linard en el estilo, la composición y los temas.
Los bodegones de Louise Moillon no
son tan sofisticados como los que realizaban los artistas holandeses; los de
ella presentan una estética más sosegada y silenciosa. En sus composiciones
despliega frutas y hortalizas sobre una mesa, dispuestas sobre canastas o
recipientes de fina porcelana, con gran precisión en el detalle. Al principio
de su carrera, las composiciones eran simétricas y sencillas, con los objetos
separados y con una iluminación uniforme. En sus trabajos de 1637 los elementos
están colocados en forma superpuesta de manera más natural, la riqueza del
colorido es mayor, sobre todo en las tonalidades verdes, y la luz es más focalizada.
Sus últimos trabajos presentan una disminución en la destreza y la sensibilidad
estética.
Louise Moillon también realizó
cuadros con flores y frutas y en algunos incluyó la figura humana, como en La vendedora de frutas y legumbres, fechado
en 1630. Se dice que este cuadro, que muestra dos mujeres, la de la izquierda
de clase social elevada y a la derecha una joven vendedora, esconde un mensaje
moral en el simbolismo de sus elementos. La manzana que sostiene la dama
compradora en una mano representa la fruta del Árbol del conocimiento del Bien
y del Mal en el Génesis. El mismo personaje destapa con la otra mano los
albaricoques, que simbolizan el sexo femenino. Los albaricoques, las ciruelas y
espárragos se relacionan con los placeres de los sentidos. Las uvas y guindas
son símbolos de Cristo y las frutas representan la Resurrección. También pueden
verse cáscaras de manzana enroscadas en la mesa, con algunas moscas, que
representan la corrupción. En conjunto, se dice que esta obra plantea al
espectador el tema de la elección entre el bien y el mal.
La mayor parte de su obra está
fechada entre 1629 y 1637, con excepción de una pieza de 1641 realizada
conjuntamente con Pieter van Boekel y Jacques Linard (una pintura de grandes
dimensiones con frutas y flores, según mencionó el poeta Georges de
Scudéry) y otros trabajos que datan de 1674. La madre de Louise
registró un inventario de sus obras en el que figuran 22, nueve de ellas
inacabadas, como si se tratara de apuntes. Durante su carrera artística Louise
tuvo encargos de importantes miembros de la nobleza y uno de sus compradores
más importantes fue el rey Carlos I de
Inglaterra.
Louise contrajo matrimonio en 1640
con un comerciante de maderas llamado Etienne Girardot de Chancourt y tuvo tres
hijos. Después de esta fecha produjo muy poco.
La artista murió en París en 1696. Hoy sus pinturas se encuentran en colecciones de varios países, como Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, España y Francia. La reina Isabel II de Inglaterra posee cuatro pinturas suyas en su colección personal
Algunas de sus obras más destacadas son:
La vendedora de frutas y verduras. Museo del Louvre, París.
Bodegón con frutas. Museo Thyssen, Madrid.
Uvas, manzanas y melones. Instituto de Arte, Chicago.
Y, como siempre, os dejamos con un vídeo sobre la artista.
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